La leche pasteurizada se somete a un proceso tecnológico que asegura la destrucción de gérmenes patógenos y la reducción de la flora banal, sin modificar sensiblemente su naturaleza físico-química, ni sus características biológicas y cualidades nutritivas. Este tratamiento consiste en la limpieza de la leche, el calentamiento posterior en un intervalo corto de tiempo (de 72 a 78 grados centígrados durante 15 a 20 segundos), la refrigeración inmediata a menos de 4 grados, el envasado y la conservación en cámara frigorífica a menos de 6 grados.
La leche pasteurizada entera que se produce en Ávila es ideal para aquellos que disfrutan bebiendo la mejor leche fresca, con todo su valor energético y proteínico. Posee un sabor y aroma único de la leche de siempre, la leche fresca recién ordeñada.