La historia de la miel es casi la historia de la humanidad. Desde los tiempos más remotos se conocen los grandes beneficios de la miel tanto en la gastronomía como para usos medicinales.
Se conocen referencias al uso de a miel que están datadas en el año 3000 A.C y libros tan universales como La Biblia o El Corán contienen referencias a las propiedades curativas de este rico alimento fabricado por las abejas a partir del néctar de flores o árboles.
La miel es un producto 100% natural que no necesita de ningún tipo de aditivo o conservante, la miel por sí misma es un perfecto conservante natural por lo que, si hablamos de miel natural, no tiene fecha de caducidad.
Pese a que cuando hablamos de miel todos pensamos en un producto sencillo, en la miel podemos encontrar más de 200 compuestos diferentes, todos ellos naturales y que constituyen en conjunto una importante fuente de energía debido a su alto contenido en azúcares naturales, principalmente fructosa (un 38%) y glucosa (un 31%).
Además en la miel podemos encontrar otros importantes "ingredientes" como ácidos orgánicos, aminoácidos, proteínas, etc.
De todas formas hay que tener en cuenta que hablar de miel es hablar de un alimento que implica muchas variedades y en consecuencia, muchas variaciones en su composición debido a diferentes factores tales como el polen o las condiciones ambientales en las que lo producen las abejas.
Principales propiedades de la miel:
Un alimento tan esencial como la miel ha sido objeto de múltiples estudios que han tenido como objeto, entre otros de averiguar los motivos de esas tan numerosas propiedades beneficiosas para el organismo, entre las que podemos detallar:
- Es un excelente antioxidante.
- Posee propiedades antiinflamatorias
- Estimula la epitalización y regeneración de los tejidos
- Beneficiosa en trastornos gastrointestinales, gingivitis y enfermediades periodontales.
El alto contenido en azúcares y ácidos orgánicos de la miel la proporcionan una iningualable capacidad antibacteriana ya que impide que las bacterias puedan sobrevivir y desarrollarse.
Para la actividad deportiva o trabajo físico intenso, la miel es uno de los alimentos preferidos para el desarrollo del ejercicio físico ya que mantiene los niveles de glucosa en sangre y que aporta altas dosis de energía.
Pero la miel no se ha utilizado sólo como alimento, sus propiedades medicinales han hecho que tradicionalmente se utilice la miel para tratar quemaduras, o incluso para el tratamiento de heridas en pacientes diabéticos.
Todo ello gracias a los compuestos antioxidantes que contiene, compuestos como los flavonoides y fenoles que tienen una importante actividad antimicrobiana y ayudan a disminuir la inflamación de los tejidos.
Es importante resaltar que la miel utilizada para aplicar sobre heridas o inflamaciones ha de ser miel natural, no procesada.
Usos más típicos de la miel son los tradicionalmente conocidos para el alivio de los síntomas de procesos catarrales ya que es una gran aliada para aliviar el dolor de garganta y en consecuencia disminuir la tos.
Organismos tan importantes como la Organización Mundial de la Salud aconsejan el consumo de té caliente con miel y limón para paliar el dolor de garganta y disminuir los accesos de tos.
Recientemente han surgido novedosos tratamientos naturales con miel tanto para mejorar nuestra salud como con finalidades cosméticas. Tratamientos con cada vez más voces que los apoyan y que se engloban dentro de un nuevo concepto de mielterapia.
Tipos de miel:
Como ya hemos indicado, existen diferentes tipos de miel. Estas se clasifican sobre todo en función del tipo de polen recolectado por las abejas para su elaboración.
Básicamente se habla de miel de flores o milflores y miel de néctar.
La miel milflores se trata de una miel obtenida a partir del pólen de las flores.
El pólen origen de esta miel proviene de flores de diferentes especies que se pueden encontrar normalmente en el campo y que son las que proporcionan el pólen a las abejas.
También existen las mieles monoflorales, en las que en su mayoría, una única especie de flor es la que proporciona el pólen para su elaboración, en este caso se suelen nombrar con el nombre de la flor origen de ese polen, encontramos por ejemplo mieles de romero o miel de tomillo.
Por último las mieles de bosque no proceden del pólen de las flores sino de la mielaza o mielato que en ciertas épocas del año segregan ciertas especies de árboles, las más conocidas son la miel de roble y la miel de encina, aunque también es conocida la miel de eucalipto o de encina por ejemplo.
En este caso normalmente la miel de néctar suele provenir de una sola especie de árbol, ya que los bosques suelen tener una única especie del mismo.
Visualmente la miel de néctar suele ser bastante más oscura que la miel de flores y su sabor también es más intenso. Además esta miel tiene mayor tendencia a cristalizarse que la miel de flores.
En la provincia de Ávila podemos encontrar tanto miel de nectar, miel de flores, como miel de bosque, principalmente de encina.
Los productores de Ávila Auténtica nos proporcionan una miel rica y natural, procedente de flores y árboles de la Sierra de Gredos.
En Ávila Auténtica podrás encontrar miel procedente del sur de Gredos gracias a la empresa Valle del Tiétar Natural , miel del Norte de la Sierra de Gredos, de la mano de Miel la Picorea o la miel de La Reina y el Zángano en el Alto Alberche
Si quieres conocer más sobre el proceso de elaboración de la miel, puedes visitar la empresa productora de miel Miel La Picorea te invita a visitar sus instalaciones, donde incluso podrás ver el proceso de elaboración de la miel en directo por parte de las abejas.